El lugar de trabajo del futuro inmediato (sí, ¡eso incluye ahora mismo!) se perfila como un entorno completamente distinto a todo lo vivido hasta ahora. La idea tradicional de la oficina ha muerto, y las empresas se dan cuenta de que tienen que adaptarse a un nuevo mundo de cómodos espacios compartidos y abiertos. La última vez que los planificadores y arquitectos intentaron este enfoque fue en los años 90, pero entonces la idea de los espacios compartidos fue un fracaso, principalmente por la falta de tecnologías que los apoyaran.

Una oficina ajetreada de los años 60.
Ahora, con la combinación de modernidad, movilidad y millennials, el advenimiento de compartir, cooperar y coexistir ha llegado para quedarse, con tecnología y tendencias para facilitarlo. La conectividad inmediata a Internet de teléfonos móviles, ordenadores portátiles y dispositivos, combinada con la expectativa de estar constantemente conectado, hace que sea vital para los planificadores y diseñadores crear espacios de trabajo pequeños, eficientes y atractivos dentro del lugar de trabajo.
Para los planificadores y diseñadores, diversos factores contribuyen a redefinir el lugar de trabajo. Los puntos a tener en cuenta son:
-Espacios de trabajo en equipo
-Evolución de los modos de trabajo
-Compartir, cooperar, convivir
-Espacios únicos, soluciones innovadoras
Los planificadores y diseñadores entienden que para crear un lugar de trabajo dinámico, inteligente y utilizable por todos, es esencial crear una serie de espacios de distintos tamaños, algunos totalmente equipados y otros informales, según las distintas funciones y necesidades. Esto implica un análisis en profundidad de los requisitos de la empresa, sus actividades y el uso del espacio, que da lugar a la elección de materiales, mobiliario y su disposición, ahora orientados hacia la flexibilidad, la comodidad y la fácil reorganización.

Un puesto de trabajo «pod» privado.
Han evolucionado nuevas clasificaciones espaciales centradas en iluminar el puesto de trabajo, alejar las actividades ruidosas y molestas de las zonas diáfanas, y crear armonía para los proyectos que exigen paz y privacidad. Siendo así, el área de trabajo ya no se limita al escritorio, sino a todo el entorno compuesto por el puesto personal con un conjunto de espacios dinámicos que interactúan a su alrededor. Mediante el uso ingenioso de materiales y tejidos, los espacios «públicos» (zonas de reunión de colaboración más amplias) pueden diferenciarse -pero seguir conectados- de los espacios «privados» (puestos de trabajo, pequeñas salas de reunión, espacios intermedios), para formar un entorno de trabajo cohesivo y cómodo para grupos grandes hasta para individuos. El énfasis en la ergonomía, la alta calidad, los materiales modernos pero funcionales y el diseño modular y transformable es clave para una conexión más estrecha entre las personas y la tecnología.

Silla espacio de trabajo.
Por ejemplo, un microespacio (como una acogedora cabina telefónica) está revestido de material fonoabsorbente, e invoca la intimidad, para llamadas telefónicas y correos electrónicos. Los espacios pequeños pueden equiparse con mesas móviles, para facilitar la interacción y la adaptabilidad. En esta configuración, es probable que el usuario traiga sus propios dispositivos. Pasando a los espacios medianos, para 4 a 6 personas, éstos podrían estar más estructurados con mesas altas equipadas con tecnología, la intención es que haya reuniones de pie, y aquí la tecnología adquiere un papel más importante con monitores, micrófonos, vídeo y conectividad. Por último, en los espacios más grandes, para hasta 20 personas, la atención se centra en el mobiliario informal y las superficies de escritura táctiles para el trabajo práctico, la lluvia de ideas y la invitación a interactuar de forma amistosa y creativa.

Diferentes zonas para reuniones informales más pequeñas.
En una economía impulsada en parte por la colaboración, hay que centrarse en crear espacios físicos que fomenten la conexión humana. Y la importancia de la tecnología es clave, ya que introduce nuevas formas de cooperación e interacción mediante la integración e interoperabilidad de distintos sistemas y, según el tamaño del espacio, cómo se utiliza la tecnología. De este modo, Arthur Holm se centra en impulsar productos más inteligentes e innovadores en el lugar de trabajo de la sala de reuniones para garantizar que la experiencia de colaboración y conferencia sea la mejor posible.